Oseas es uno de los grandes profetas menores. Nacido en el norteño reino de Israel durante el reinado de Jeroboam II, desarrolló su ministerio profético aproximadamente desde el año 750 al 730 a.C. Su labor profética la extendió también al sureño reino de Judá, según se nos relata en el versículo uno del primer capítulo de este libro, cuyo lenguaje directo, drástico, resolutivo y determinante hace de este texto un compendio ardiente e impetuoso donde se entremezclan la rebeldía pecadora de Israel y la inmensa misericordia de Dios.
Impactante desde un principio es la humanamente increíble obediencia a Dios por parte de Oseas, quien sólo por la confianza y la fe ciega que tenía en el Señor, pudo vencer todos los prejuicios que cada ser humano masculino lleva en su alma y aceptar contraer matrimonio y tener descendencia con una prostituta.
Es una premonición de la actitud obediente que siglos después José mostraría ante la reprobación social por el embarazo prenupcial de la virgen Maria. Obediencias preliminares de la gran obediencia, la ejemplar y salvadora del género humano, nunca por nadie igualada, la demostrada por Jesucristo al aceptar el mandato de Dios, diciendo: “Padre, si quieres, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.” (Lc 22:42).
Durante los tres primeros capítulos de este libro el Señor se desahoga verbalmente con Oseas y le cuenta paternalmente sus planes con la adúltera Israel, a la cual, a pesar de todo, sigue considerando su amada oveja infiel.
A partir del cuarto capítulo Dios le habla por medio de Oseas al desobediente pueblo israelita y le anuncia crudamente su irremisible castigo. Lleno de amor de Dios clama entonces Oseas al Padre Celestial en favor del pueblo israelita, accediendo el Señor y prometiéndole nueva vida futura a Israel.
Durante todo el texto se muestra a Israel como el pueblo apóstata y pecador repudiado por Dios, personificado en el nombre del tercer hijo de Oseas, a quien se le llama “Lo-ammi”, que significa “no es mi pueblo”, ya que bajo el nombre de Israel se cobijaban las diez tribus que formaban el reino del norte y que no se identificaban con la familia davídica.
Este libro encierra obediencia ciega al mandato de Dios, justo castigo a Israel e infinito amor del Padre Celestial, quien no habiendo dejado de amar al hijo pecador, lo busca, lo perdona, lo libera y lo recupera como suyo.
El libro puede dividirse en tres partes principales, a saber:
1. Obediencia ciega al mandato de Dios (caps. 1 – 3)
2. El pueblo pecador (caps.4 – l3)
3. Nueva vida a Israel (cap. 14)
2. El pueblo pecador (caps.4 – l3)
3. Nueva vida a Israel (cap. 14)
Fernando Torres.